Fue a mediados de los años 80 cuando apareció una nueva tendencia, un sistema domótico de seguridad en casa. En cada casa hay docenas de interruptores y enchufes, cada uno de los cuales debe ser controlado.
Te marchas de vacaciones… ¿Has dejado la plancha puesta? ¿Has desenchufado la nevera junto con los demás electrodomésticos? Son unas fobias muy comunes. Ellas, y también la necesidad de prevenir una fuga de agua o detectar lo más rápidamente posible la presencia del humo, eran los motivos para que naciera la idea de crear una inteligencia artificial capaz de ayudar a los humanos a convivir con sus casas y a controlarlas.
Nacieron unos sistemas robotizados, sin pies ni manos, pero con dedos, oídos y ojos invisibles. Podemos decir que la vivienda ha obtenido conciencia.
El sistema domótico moderno se desarrolla en tres ramas: ahorro, ergonomía y seguridad.
Ahorro (controlemos lo que estaba fuera de nuestro control)
Las primeras viviendas donde apareció la domótica eran casas grandes. El calentar o enfriar una superficie grande supone un gasto considerable. Y más todavía para el riego, las piscinas, la iluminación del jardín, etc. Cuanto menos sea el consumo de los suministros, más independiente es la casa y más económica es su explotación.
A nivel nacional, el hecho de utilizar las energías renovables, tales como la energía solar o eólica, es una prioridad por el motivo ecológico. Sin embargo, a nivel personal, para cada casa en concreto, es importantísimo también. Los depósitos para recolección del agua pluvial que luego se emplea para regar, las placas solares y la adaptación del funcionamiento de todos los sistemas a las condiciones externas influyen muchísimo en los gastos mensuales.
Incluso si se trata de pisos pequeños, las placas solares son capaces de disminuir los gastos mensuales considerablemente. Y si las persianas suben y bajan según el horario solar, esto contribuye a que los sistemas de calefacción y aire acondicionado sean más eficientes. ¡Es lógico! Bajamos las persianas un día caluroso y las subimos un día fresco para dejar que el sol caliente la vivienda. Lo podemos hacer nosotros mismos, pero un sistema automático lo hará mucho mejor.
La domótica también se encarga de poner en marcha el calentador del agua o la lavadora durante las horas nocturnas cuando la electricidad es más barata, o de apagar la luz en los cuartos donde no sea necesaria.
Ergonomía (cómo la domótica nos mejora la vida)
Cuando estamos en casa, necesitamos la luz, el calor y el ambiente. Todo eso entra en el concepto del “escenario”. La verdad es que en nuestra vida cotidiana casi siempre utilizamos los mismos patrones. Estos patrones se guardan dentro de los escenarios de manera que los podamos reproducir en un momento.
Te ponemos unos ejemplos:
Te vas. Se apaga tanto la luz como todos los aparatos que solo se necesitan cuando estás en casa. Al mismo tiempo se activa el sistema de seguridad y la casa entera entra en el modo de consumo económico.
Te vas de vacaciones. El escenario que eliges fingirá que estés en casa implicando un consumo minúsculo y no permitirá que los delincuentes se centren en tu hogar. El mismo escenario se ocupará del riego y de una temperatura óptima para tus plantas.
Hay escenarios menos complejos. Por ejemplo, después de cenar en el comedor queréis pasar al salón para ver una película en pantalla grande. El sistema domótico encenderá la pantalla y el reproductor, así como la luz en el salón. Cuando todos estén listos para disfrutar de la película, apagará las luces que sobren y creará un ambiente idóneo en vuestro cine personal.
Son muchos los escenarios que pueden mejorar la calidad de tu vida de la misma manera que un coche bueno mejora tu viaje. No es nada complicado programar la luz para que se encienda cuando un sensor detecta un movimiento. Pero si esta luz se pone al 20% cuando te muevas por la casa de plena noche, no te molestará ni a ti ni a tus familiares. Y si para hacerlo funcionar no tienes que tocar ningún interruptor, es un confort que da una sensación de lujo.
La puerta del garaje se abre sola cuando se acerca tu coche. Y también cuando quieres salir. La calefacción se pone en marcha con una antelación idónea para que estés cómodo cuando más lo necesites. Y no se enciende cuando no hace falta. Estos son algunos de los ejemplos de cómo un sistema domótico puede ayudarnos.
Seguridad
Como ya hemos mencionado, un sistema domótico sabe emular la vida dentro de una vivienda vacía, pero no es todo. Todas las puertas y todas las ventanas se pueden controlar por si está alguna abierta. Los sensores de movimiento no solamente sirven para que la luz te acompañe cuando vas al baño. El sistema que se encarga del confort de los habitantes en un momento se convierte en un sistema de protección contra el robo o hurto.
Si quieres, puedes instalar un sistema de videovigilancia que controlarás desde tu teléfono móvil así como los demás sistemas que tienes en tu casa.
En caso de una fuga de agua o humo recibirás un aviso y podrás apagar la luz, el agua y el gas en casa, siempre y cuando el sistema domótico no los hubiera apagado antes tras detectar un posible problema.
Si la casa dispone de dispositivos antiincendios o antifugas estos se activarán bien automáticamente, bien bajo tu autorización. Es que a veces los protocolos antiincendios provocan más daño que el fuego en sí y es recomendable evaluar cada caso concreto, controlándolo todo de manera remota.
Tipos de domótica. ¿Crear desde cero o ampliar?
Habitualmente estos sistemas se instalan en la etapa de una reforma integral de la vivienda y requieren una infraestructura de cables, válvulas y comunicaciones. El coste de instalación depende mucho de la funcionalidad del sistema y de la superficie de la casa.
También existen unos sistemas de reequipamiento capaces de cumplimentar un piso ya reformado con el poder de la inteligencia artificial. Estos sistemas funcionan por las ondas de radio y por eso no van bien en espacios muy grandes.
Sin embargo, cada proyecto se analiza individualmente y a veces es posible reequipar una casa utilizando un sistema híbrido. Se instalan los cables entre las reuniones más importantes y las ondas de radio permiten enviar las órdenes a cortas distancias.
Conclusiones
Según las previsiones de unos grandes proveedores hechas en 2007, el sistema domótico debía llegar a ser algo muy habitual para el año 2017, sin embargo, todavía no es la corriente dominante. Suelen relacionarlo con la difícil instalación y también con la falta de la infraestructura necesaria para un soporte completo. O quizás las grandes empresas de momento no consideren este mercado bastante atractivo para invertir mucho.
Mientras tanto, la domótica tiene mucho potencial permitiéndonos aprovechar los recursos poco evidentes de los que disponen nuestras viviendas. Sea cual sea el sistema domótico, te ahorra dinero y hace que tu casa sea más cómoda, más moderna y más segura.